
¡Hola viajer@s!
Os escribo recién llegada de los azules de Maldivas como os contaba en mi último post. Esta semana que he pasado aquí ha sido una gran experiencia que seguro recordaré durante mucho tiempo. Y, esto debo agradecérselo a Ana que es la persona que ha hecho posible este viaje gracias a su novela y a sus ganas de que muchas más personas conozcamos las Maldivas de una forma distinta y en contacto continuo con el mar. Os quiero recordar la web de Ana con toda la información acerca de los viajes que organiza y os podáis poner en contacto con ella y su equipo para más información acerca de ellos. Seguidles en su cuenta de Instagram, @entreazules.
Después de los cuatro primeros días que os conté en la parte 1 de este post, seguimos con nuestras aventuras debajo del agua que no nos han faltado y me han permitido conocer el mar de una forma distinta a la que estaba acostumbrada en casa. Entre otras cosas porque he vuelto a bucear y a hacer otro bautizo; cosa que me ha acabado de convencer para sacarme el título de buceo. Quiero poder hacer buceo allá donde vaya y poder bajar a más metros de los que te permite el bautizo.

Como os decía, este no ha sido mi primer bautizo, pero todo lo que he podido ver en este mar, no tiene nada de comparación con lo que pude ver la primera vez; y está claro que he de poder hacerlo allá donde vaya. Durante el bautizo contamos con el soporte de la empresa Maafushi Dive, y realmente el guía que nos tocó fue muy atento. Y, no solo nos estuvo apoyando durante toda la inmersión, sino que nos dejó en muchas ocasiones libertad de movimientos para poder explorar un poco más. Y, en alguna ocasión nos tuvo que decir que no bajáramos tanto, porque hay un máximo de 12 metros de profundidad que se ha de bajar durante un bautizo, pero ¡tengo la sensación de que bajamos algo más! Jajajajaja.
EL día siguiente al buceo, fuimos en busca del pez más grande del mar, el Tiburón ballena. Suena mucho más grande de lo que es, la verdad. Es un pez precioso y existen de varios tamaños; el que nosotros vimos estaba cerca de los 7-8 metros. Cuando lo ves de cerca, de lo que te das cuenta es que es un pez, muy grande sí, pero un pez. Pero lo que realmente es importante en la interacción con cualquier animal es el respeto por su espacio y tan solo disfrutar de lo que estás viendo. Aunque me pareció un animal precioso, como decía antes, la experiencia para verla no fue de las más gratas del viaje; la realidad es que había diez barcos más a parte del nuestro y la gente literalmente se pelea por estar más cerca del tiburón. En mi caso, tuve la oportunidad de tenerlo cerca un par de veces y después me aparté para evitar el agobio que suponía intentar estar mucho tiempo cerca de él.

En el último día de actividades los que no éramos buceadores titulados, nos ofrecieron la posibilidad de contratar una excursión extra a dos lugares llenos de fauna marina; concretamente fish tank y secret point. Ambos lugares fueron una experiencia espectacular porque estuvimos en contacto directo de nuevo con los animales marinos; y esta vez, estuvimos todo el día completamente solos, sin más barcos. En estos lugares pudimos ver rallas, peces de colores, tiburones de punta negra, más tiburones nodriza y algún que otro pez ballesta (os voy a poner la foto para que lo identifiquéis porque este pez puede parecer inofensivo, pero ataca, así que ¡cuidado!).

En resumen, han sido unos días de playa, mar, animales, desconexión y diversión. Me ha gustado mucho que el viaje haya sido en grupo porque me ha dado la oportunidad de conocer a gente maravillosa con la que he compartido estos días. Creo que este es un viaje perfecto para personas que viajan solas como yo porque te juntas con personas como tú, amantes de los viajes y del mar.
No quisiera acabar sin daros algunas recomendaciones si estáis pensando en ir a Maldivas o incluso en hacer el mismo viaje que he hecho yo:
- No perdáis la oportunidad de visitar una o más islas locales si vais a Maldivas; no os quedéis solo con la experiencia del resort, porque esa no es la realidad de este país. Y ahora, hemos de aprovechar que estas islas se están abriendo al turismo, porque es una cosa realmente nueva.
- No tengáis expectativas con el tiempo. En Maldivas el tiempo es muy cambiante. En mi caso tuvimos mucha suerte durante todos los días, ya que teníamos mucho sol y buen tiempo durante el día y nos llovía de noche la gran mayoría de los días; pero en algún momento os podéis encontrar con lluvias torrenciales que duran una hora o dos y después que vuelva a salir el sol.
- Contratar excursiones por libre: Como os comentaba en mi primer post sobre Maldivas, en el viaje Entre azules están incluidas todas las excursiones excepto la del último día que es voluntaria. Si venís a la isla de Maafushi por libre también podréis contratar todas las excursiones que yo hice con la empresa Shadowpalm (la misma que las organiza junto con entre azules); pero la diferencia con el viaje que he hecho yo es que no te aseguran que las excursiones que contrates salgan al día siguiente si no tienen suficiente gente en los barcos; pero ¡que esto no os impida ir y disfrutarlo!
- No os pongáis nerviosos: El ritmo maldivo no es el mismo que podemos tener en España. Lo notaréis sobre todo en los restaurantes ya que tardan bastante en traeros la comida. Y, la podéis reclamar que les dará igual, pero estáis de vacaciones, así que no os estreséis.
La verdad es que este viaje ha sido un viaje para el recuerdo y espero que no sea el último con ellos. Espero que os hayan gustado los posts y que os anime a visitar Maldivas.
¡Nos vemos por los aeropuertos!
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Muchas gracias por esta descripción . me ha animado a probar con esta isla y quizás con Entre azules.
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Gracias Valeria por tu comentario. Creo que te gustará mucho el ambiente de una isla local Maldiva y en entre Azules te lo puedes pasar genial, a parte de conocer a gente maravillosa
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